Barreras para la comunicación
El desarrollo del lenguaje depende de la interacción social y del apoyo del entorno desde los primeros meses de vida. Sin embargo, las personas con necesidades complejas de comunicación se enfrentan a numerosas barreras que dificultan su participación y el desarrollo de sus competencias comunicativas.
El Modelo de Participación (Beukelman y Mirenda, 2013) distingue entre barreras de acceso y barreras de oportunidad.
Las barreras de acceso están relacionadas con limitaciones individuales —motoras, sensoriales, cognitivas, afectivas o médicas— que interfieren en la expresión o comprensión. Las barreras de oportunidad, en cambio, dependen del entorno y de los interlocutores: falta de formación, prejuicios, escasas oportunidades para comunicarse o ausencia de modelos competentes en CAA.

Estas barreras generan asimetrías en la interacción, reducen los turnos comunicativos y pueden llevar a la persona a adoptar un rol pasivo o incluso a la indefensión aprendida.
Superarlas requiere mover el foco del déficit individual al contexto, reconociendo los intentos comunicativos, ofreciendo feedback adecuado y creando entornos accesibles que promuevan la co-construcción del lenguaje. La concienciación y formación de los interlocutores son claves para garantizar la participación y el desarrollo comunicativo pleno de las personas usuarias de CAA.















