Ya tengo el sistema de comunicación ¿Y ahora qué?

Multimodalidad

La comunicación humana es, por naturaleza, multimodal. Esto significa que rara vez nos expresamos utilizando un solo canal. Cuando hablamos, acompañamos las palabras con gestos, movimientos corporales, expresiones faciales, contacto visual o incluso con la distancia física que mantenemos con el interlocutor. Estos recursos visuales, auditivos y kinestésicos se combinan de manera flexible para construir y transmitir significados.

En las personas que emplean Sistemas Aumentativos y Alternativos de Comunicación (SAAC), la multimodalidad adquiere un papel aún más central ya que suelen recurrir a distintos recursos para complementar, aclarar o sustituir el habla natural: pueden señalar un pictograma, producir una palabra oral, acompañarla de un gesto, usar la mirada para indicar un pictograma o escribir una palabrao incluso emitir vocalizaciones con y sin intención comunicativa. Cada una de estas formas es parte legítima de su repertorio comunicativo.

Reconocer esta multimodalidad es fundamental por varias razones:

  • Valida todas las formas de expresión: cuando los adultos entienden que un gesto, una mirada o una expresión facial también comunican, se evita la frustración del usuario de CAA y se refuerza su iniciativa comunicativa.
  • Favorece la inclusión: aceptar la multimodalidad implica no imponer un único modo de comunicación “correcto”, sino abrirse a todas las posibilidades que tiene el niño para interactuar.
  • Apoya el desarrollo lingüístico y cognitivo: el uso combinado de símbolos visuales, gestos y palabras puede facilitar la comprensión de conceptos y la organización del pensamiento.
  • Promueve la interacción: cuando las personas del entorno reconocen y responden a los diferentes modos de comunicación, la participación del usuario de CAA en actividades familiares, escolares y comunitarias se amplía.

La multimodalidad, por tanto, nos enseña que la comunicación va más allá de las palabras. Para los niños que utilizan SAAC, cada gesto, cada mirada, cada pictograma señalado tiene un valor comunicativo. Aceptar y responder a todas estas formas no solo les permite expresar mejor sus necesidades y emociones, sino que también les brinda la oportunidad de ser plenamente escuchados y comprendidos en su entorno.

La comunicación es esencial para vivir en sociedad, por lo que es fundamental apoyar a los niños con necesidades complejas para que puedan participar en todos los ámbitos de su vida. El objetivo de la intervención en CAA es permitirles interactuar de forma eficaz y significativa en situaciones variadas.

Según Light & Beukelman (2020), las interacciones comunicativas cumplen cinco funciones principales:

  1. Comunicar peticiones y deseos: influir en el interlocutor y controlar el entorno (ej. pedir ayuda, solicitar actividades o comida).
  2. Compartir información: expresar y recibir datos nuevos y variados (ej. contar experiencias, dar información en una entrevista).
  3. Establecer relaciones sociales: crear y mantener vínculos; lo importante es la interacción, más que el contenido (ej. saludar, expresar cariño o apoyo).
  4. Usar convenciones sociales: cumplir con normas de cortesía mediante mensajes breves y predecibles (ej. decir “gracias”, “por favor”).
  5. Mantener un diálogo interior: comunicarse con uno mismo para organizarse, reflexionar o planificar.

En resumen, la comunicación no debe ni puede reducirse a pedir cosas, sino que debe abarcar todas las funciones para favorecer la participación, la inclusión social y el bienestar de las personas que usan CAA.

El desarrollo del lenguaje depende de la interacción social y del apoyo del entorno desde los primeros meses de vida. Sin embargo, las personas con necesidades complejas de comunicación se enfrentan a numerosas barreras que dificultan su participación y el desarrollo de sus competencias comunicativas.

El Modelo de Participación (Beukelman y Mirenda, 2013) distingue entre barreras de acceso y barreras de oportunidad.

Las barreras de acceso están relacionadas con limitaciones individuales —motoras, sensoriales, cognitivas, afectivas o médicas— que interfieren en la expresión o comprensión. Las barreras de oportunidad, en cambio, dependen del entorno y de los interlocutores: falta de formación, prejuicios, escasas oportunidades para comunicarse o ausencia de modelos competentes en CAA.

Estas barreras generan asimetrías en la interacción, reducen los turnos comunicativos y pueden llevar a la persona a adoptar un rol pasivo o incluso a la indefensión aprendida.

Superarlas requiere mover el foco del déficit individual al contexto, reconociendo los intentos comunicativos, ofreciendo feedback adecuado y creando entornos accesibles que promuevan la co-construcción del lenguaje. La concienciación y formación de los interlocutores son claves para garantizar la participación y el desarrollo comunicativo pleno de las personas usuarias de CAA.

Al igual que todas las personas cuando aprenden cualquier idioma necesitan que se les hable en esa lengua, las personas que necesitan un SAAC para poder comunicarse precisan que el resto de interlocutores con los que se comunican utilicen su SAAC para hablar con ellos. Sin embargo, esto no suele ocurrir y  suelen recibir como input lingüístico principal el lenguaje oral, a pesar de que su medio de expresión es el lenguaje asistido. 

El lenguaje natural asistido ha sido descrito como aquellas estrategias que intentan reequilibrar esta asimetría con una estimulación lingüística que consiste en usar tanto el lenguaje oral (habla) como el SAAC mientras dialogamos con la persona usuaria de CAA (Smith y Grove, 2003; O´Neill, Light y Pope, 2018). 

Esta estrategia (hablar mediante el lenguaje oral a la vez que activamos los pictogramas en el SAAC de la persona usuaria) se llama comunmente “Modelado”

El modelado asistido ha demostrado importantes beneficios con mejoras tanto en el lenguaje expresivo mediante el SAAC como en el lenguaje comprensivo. Es importante modelar como si se tratase de un idioma, durante el mayor tiempo posible, en contextos variados, con diferentes personas y para diferentes propósitos comunicativos.

Además del modelado, hasta la fecha se han descrito diferentes estrategias que pueden ayudar en la enseñanza del SAAC. Entre estas destacan (Soto y Vega, 2024):

  • Diseño del entorno: La organización del entorno consiste en modificar el entorno físico para promover la interacción, crear oportunidades y animar a la persona a comunicarse en el contexto de las rutinas cotidianas y con materiales familiares
  • Función reflexiva (resposivity): la función reflexiva de los/las progenitores o interlocutores/as es una manifestación de sensibilidad y atención a las señales comunicativas de sus hijos/as y de respuesta rápida y adecuada a las mismas
  • Ayudas/incitación (prompting): se trata de proporcionar algún tipo de estímulo para animar a los usuarios/as a utilizar sus sistemas de CAA durante la interacción.
  • Tiempo de espera y retraso expectante: La comunicación con personas que utilizan CAA suele ser más lenta que la comunicación hablada y por ello las pausas proporcionan un tiempo de procesamiento adicional para que la persona responda y navegue por su sistema de CAA.
  • Reformulación y expansión: se trata de proporcionar respuestas adecuadas para facilitar el lenguaje tras las expresiones de los/as usuarios/as reformulando la expresión de la persona usuaria, repitiéndola y ajustándola a una forma correcta o ampliándola para incluir nuevos elementos semánticos.

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